Todavía más lecturas

Jonathan Heath

Los primeros dos volúmenes de esta serie reflejan básicamente los módulos del Diplomado en Indicadores Macroeconómicos de Coyuntura en México, impartido por el Museo Interactivo de Economía (MIDE), que a su vez nació del libro “Lo que indican los indicadores”, publicado en 2012. Cada volumen contiene 12 lecturas, siendo las primeras 24 las que corresponden al mismo número de módulos del Diplomado. Sin embargo, después de revisar la lista me di cuenta que faltaban temas interesantes que podrían contribuir, fácilmente, al buen análisis de la coyuntura económica mexicana. Así nació la idea de extender esta serie a tres volúmenes con todavía más lecturas

En esta ocasión, reuní seis lecturas sobre temas que no había abarcado antes como el nuevo Indicador Oportuno de la Actividad Económica del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los indicadores indispensables para la comprensión regional de la economía, la productividad, las tasas de referencia y las operaciones de la banca central. Ellas se acompañan con otras cinco lecturas que complementan temas ya abordados, como aspectos del mercado laboral, el tipo de cambio, las reservas internacionales y el Índice de Progreso Social. Todas son interesantes y escritas por verdaderos expertos en sus campos. Por lo mismo, agradezco las contribuciones de David Kaplan, Daniel Chiquiar, Juan Carlos Chávez, Nur Cristiani, Juan García, Gabriela Siller, Jaime Acosta, Rodrigo Cano, Gerardo Leyva, Francisco Corona, Jesús López, Mario Correa, Edgar Vielma y Sofía Ramírez para conformar esta tercera entrega.

Sobre los indicadores, el INEGI había puesto siempre la precisión como prioridad sobre la oportunidad. Sin embargo, en 2015 dio un gran paso al introducir el estimado oportuno del PIB, que sale con más de tres semanas de anticipación al cálculo tradicional y se compila con 80% de la información necesaria, mientras que el resto se estima mediante extrapolaciones y proyecciones. Sobra decir que ha sido un verdadero éxito, ya que no solo adelanta la cifra de crecimiento, sino que lo hace con bastante precisión. Recientemente, el Instituto ha dado un paso adicional en esta dirección, aprovechando las técnicas de nowcasting -a diferencia del forecasting tradicional- para introducir el Indicador Oportuno de la Actividad Económica. Así, en la primera lectura, Gerardo Leyva junto con dos investigadores del INEGI, Francisco Corona y Jesús López, nos ofrecen una explicación de este indicador. El modelo desarrollado por los autores integra más de 25 indicadores transformados y estandarizados para facilitar su manejo, incluyendo algunos no tradicionales como un índice de movilidad construido a partir de datos de Twitter y una selección de tópicos derivados de Google Trends. Esta lectura habla de un tema complejo, pero el método de Gerardo y sus colegas lo hacen incluso ameno y comprensible para todos los lectores.

La segunda lectura es de Daniel Chiquiar y Juan Carlos Chávez. Ambos son funcionarios del Banco de México y tienen a su cargo la publicación semestral del “Reporte sobre las Economías Regionales” de dicha institución. En su lectura nos presentan un panorama general de los indicadores que utilizan en esta publicación, empezando con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) y el Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa (IMAIEF). Explican cómo se complementan los indicadores disponibles con información propia, a través de entrevistas y encuestas a empresas que ofrecen una visión aterrizada de las circunstancias de las diferentes actividades en las distintas regiones del país. También Daniel y Juan Carlos relatan cómo se profundiza el análisis de esta realidad diversa, a través de modelos económicos multisectoriales, con base en matrices de insumo-producto regionales.

La tercera lectura es de David Kaplan, un reconocido experto en economía laboral. La lectura empieza explicando que México es un país a la vanguardia en cuanto a la generación de estadísticas laborales. Sin embargo, tanta información establece el reto de tener claro su significado para realizar una interpretación adecuada. David nos habla de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) como la fuente más importante de estadísticas laborales y de la tasa de desempleo -el indicador más atendido-, explicando los problemas en su interpretación. La condición de que México sea un país con problemas estructurales hace que la recopilación de datos sea más difícil de manejar. Considero que este esfuerzo de David es un complemento ideal de la quinta lectura del primer volumen de esta serie (¿Cómo entender al mercado laboral mexicano?) y que es de gran ayuda para un mayor entendimiento y mejor interpretación del mercado laboral.

Aunado a la lectura de David, Edgar Vielma analiza el papel de la mujer en el mercado laboral en México; un paso indispensable para visibilizar al género femenino y disponer de la información para diseñar y evaluar las políticas públicas necesarias en esta problemática. Con este fin se utilizan diversas encuestas que produce el INEGI, como son la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT), la Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado en Hogares y la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH). Un aspecto sobresaliente de la lectura de Edgar es el tratamiento de la problemática sobre la baja participación en el mercado laboral de la mujer y cuando se aceptan trabajos con jornadas parciales, lo que resulta en menores ingresos y falta de prestaciones.

La quinta lectura es de Mario Correa, quien se ocupa del tema de la productividad en México. Mario explica cómo la productividad es central para la economía, ya que refleja la eficiencia con la que se utilizan los recursos de capital y trabajo disponibles. Entre los conceptos que aborda destaca la productividad del trabajo, cuyas estadísticas se forman de varias encuestas levantadas por el INEGI. Quizá el indicador más importante es el denominado Índice Global de la Productividad Laboral de la Economía, que se calcula con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y el Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM). Otro indicador que se explica en dicho texto es el Costo Unitario de la Mano de Obra (CUMO), que da cuenta del costo laboral necesario para producir una unidad de producto o una unidad de venta. Esta lectura concluye con el juicio desalentador que, bajo las diversas métricas que se han mostrado, la economía mexicana es menos productiva que hace 20 años.

Al pensar en los diversos temas que faltaban en los dos primeros volúmenes para analizar la coyuntura económica, uno de los que primero vino a mi mente fue el mercado bursátil. Para buscar quién podría escribir sobre el tema, consulté a varias personas, quienes me proporcionaron nombres de analistas reconocidos. Me llamó la atención que el único nombre que estaba en todas las listas, y siempre en primer lugar, era Nur Cristiani, la estratega principal de renta variable de J.P. Morgan. Su lectura es un verdadero placer y empieza describiendo las tres metodologías en las que se analizan las principales opciones de inversión en el mercado de capitales: fundamental, sistemática y técnica. Es interesante la opinión de Nur sobre la visión más completa que ofrecen las dos primeras y su escepticismo sobre la última. La metodología fundamental parte del análisis de la economía y el contexto socioeconómico y baja al nivel de sector para terminar en la compañía y ser el enfoque Top-down. La sistémica hace el análisis de los estados financieros de la empresa, lo que complementa la primera evaluación, mediante el enfoque Bottom-up. Nur nos comparte una rica e interesante lectura que cubre todos los ángulos posibles de los indicadores y las metodologías del análisis bursátil.

La séptima lectura es de Gabriela Siller, una reconocida analista del mercado cambiario, quien es la Economista en Jefe de Grupo Financiero Base, cuyo origen fue una de las casas de cambio más importantes de la región norte del país. Gabriela describe cómo el peso mexicano opera las 24 horas del día, todos los días del año y a nivel global, lo que lo hace un mercado muy líquido y profundo. Nos explica cómo se clasifica el tipo de cambio según su plazo al vencimiento, en spot y forward y por el tipo de mercado, en mayoreo y menudeo. Nos habla del parámetro de comparación importante, que es el índice ponderado del dólar estadounidense con relación a una canasta de monedas extrajeras y nos platica sobre un concepto de mayor importancia: la Paridad de Poder de Compra (PPP, por sus siglas en inglés), que se utiliza para ajustar el tipo de cambio de acuerdo con el nivel de precios relativo entre la economía local y la economía foránea. Finalmente, Gabriela nos presenta varios modelos de determinación del tipo de cambio, que son esenciales para entender la dinámica de este mercado.

La siguiente lectura abarca el tema de las tasas de referencia en el mercado de fondeo interbancario. El autor es Jaime Acosta, funcionario del Banco de México con amplia experiencia en el análisis operativo de la banca central y en el diseño de indicadores para este mercado. Esta lectura adquiere relevancia por tres aspectos: 1) la importancia que tiene el entendimiento de estos indicadores para el seguimiento de los mercados financieros;
2) la escasez de material sobre el tema dirigido a un público no especializado; y 3) la transición que estos indicadores están experimentando. De manera fluida, Jaime explica el funcionamiento del mercado de fondeo interbancario y de las tasas LIBOR, así como las principales razones por las cuales a nivel global se decidió buscar una nueva referencia más representativa del mercado y más robusta en su metodología. En la segunda parte de la lectura, Jaime describe las principales tasas de referencia para el mercado de fondeo interbancario de nuestro país empezando por la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), las tasas de fondeo bancario, así como la recientemente creada TIIE de Fondeo a un día, la cual se está posicionando como la principal referencia en el mercado.

La Junta de Gobierno del Banco de México determina el nivel objetivo de la tasa de interés interbancaria a un día, conocida como la tasa de política monetaria. Sin embargo, es el área operativa del Banco quien ejecuta las operaciones de mercado abierto para equilibrar los excesos o faltantes de liquidez en el mercado interbancario para asegurar que la tasa de fondeo diario efectivamente se ubique en dicho nivel objetivo. La implementación de la política monetaria es un tema complejo, al igual que conocer cuáles son sus indicadores clave. Para la novena lectura, he invitado a Juan Rafael García, director de Operaciones Nacionales del Banco de México, para que explique este proceso. La experiencia de Juan de 20 años en la Institución -primero como cambista, luego como jefe de la Oficina de Operaciones del mercado secundario y hasta su puesto de ahora como director de Operaciones- lo coloca como el experto número uno del país en este tema. En forma muy didáctica, Juan nos lleva de la mano por una temática nada fácil para el público y termina siendo una lectura que complementa muy bien lo escrito por Alejandro Díaz de León en el segundo volumen de esta serie (Diseño e implementación de la política monetaria en México).

La décima lectura es de Rodrigo Cano, director de Apoyo a las Operaciones del Banco de México. El tema que aborda es, precisamente, el análisis y seguimiento de las reservas internacionales en México. Rodrigo explica cómo han sido utilizadas para hacer frente a choques de la balanza de pagos y procurar el buen funcionamiento de los mercados financieros en episodios de elevada incertidumbre y volatilidad. Señala que siempre se ha respetado el régimen de libre flotación y describe los métodos y procedimientos utilizados para fortalecer la capacidad crediticia y la confianza en la economía. Rodrigo describe los niveles deseables de las reservas internacionales y cómo se utilizan para atenuar volatilidades excesivas del tipo de cambio, asegurando el adecuado funcionamiento del mercado cambiario. También aclara por qué las reservas no pueden ser utilizadas para financiar proyectos gubernamentales ni para liquidar la deuda pública.

La penúltima lectura es de Sofía Ramírez, Índice de Progreso Social: Más allá del PIB, y presenta el Índice de Progreso Social, el cual es una representación del grado de bienestar y del nivel de desarrollo que gozan las personas en un país. Sofía nos ofrece una descripción de este índice y algunos resultados que se desprenden de su observación, como el hecho de que nuestro país ocupa un lugar en el escalafón mundial que no corresponde con sus indicadores de ingreso per cápita. Nos muestra la tarea que por delante tenemos los mexicanos para mejorar el bienestar de la población, mediante esta medición del progreso social, su evolución a través del tiempo y en su comparación en el contexto internacional. Esta lectura de Sofía es un complemento ideal de la escrita por Gerardo Leyva en el segundo volumen de esta serie (Vislumbres de la felicidad de los mexicanos).

La última lectura de este tercer volumen, Los indicadores en tiempos de pandemia, la escribí hasta el final para incorporar la mayor información posible sobre la evolución y los retos de los indicadores económicos con la crisis sanitaria y la recuperación pospandémica. En esta lectura destaco algunos de los retos en la interpretación de los indicadores como los niveles atípicos observados, las distorsiones inducidas derivadas del choque pandémico, así como las implicaciones que un posible cambio estructural derivado de este choque pudiera tener en su construcción. Para ello, ilustro algunos ejemplos en indicadores tan importantes como el producto potencial, la tasa NAIRU en el mercado laboral y la inflación. La comprensión de estos efectos es crucial para entender las limitantes de lo que indican los indicadores en este contexto y, con ello, recordar que su lectura se tiene que hacer con extremo cuidado para no caer en conclusiones erróneas o tener un diagnóstico distorsionado en el análisis de la coyuntura y en el diseño de la política pública.

De nuevo, agradezco a los 32 autores de los tres volúmenes por su esmerado trabajo y por haber aceptado mi invitación a colaborar en este esfuerzo colectivo de poner al alcance del público el contenido de estas lecturas: Jaime Acosta, Salvador Bonilla, Mariana Campos, Rodrigo Cano, Gabriel Casillas, Jesús Cervantes, Juan Carlos Chávez, Daniel Chiquiar, Mario Correa, Nur Cristiani, Rodolfo de la Torre, Alejandro Díaz de León, Gerardo Esquivel, Luis Foncerrada, Juan García, Ociel Hernández, David Kaplan, Gerardo Leyva, Francisco Corona, Jesús López, Sergio Martín, Pablo Mejía, Sofía Ramírez, Ernesto Rattia, Federico Rubli, Javier Salas, Alejandrina Salcedo, Julio Santaella, Ernesto Sepúlveda, Gabriela Siller, Edwin Tapia y Edgar Vielma.

Agradezco también a quienes ayudaron en diversas formas a la conclusión de esta obra: Virginia Abrín, Efrén Calleja, Ana Castro, Carlos Cruz, Óscar Durán, Guillermo Germán, Marisol González, Carlos Guzmán, Begoña Sáinz, Silvia Singer y Natalia Vargas.

Por último, me gustaría agradecer a los analistas, periodistas y académicos que compartieron sus comentarios sobre esta serie en la cuarta de forros de cada volumen: Eduardo Sojo, Enrique Cárdenas, Gabriela Siller, Jessica Roldán, Valeria Moy, Alicia Salgado, Ana María Salazar, Enrique Campos Suárez, Rodrigo Pacheco, Sergio Sarmiento, Fernando Chávez, Juan Carlos Moreno, Lidia Rangel, Luis Landa y Maite Guijarro.

Como siempre, queda constancia de mi agradecimiento y amor a Julie, mi compañera de vida y mi inspiración diaria

10

Índice