Mercado laboral

David S. Kaplan*

Doctor en Economía por la Universidad Cornell. Es especialista líder en mercados laborales en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También es investigador del Instituto para la Investigación Laboral (IZA, por sus siglas en alemán) y forma parte del grupo de expertos de México, ¿cómo vamos? Antes de unirse al BID, en 2010, había sido economista de investigación en la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos; profesor de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y especialista en el desarrollo del sector privado en el Banco Mundial. Es experto en mercados laborales en países en desarrollo, particularmente en las áreas de regulación laboral y seguridad social. Asimismo, ha publicado artículos de investigación en publicaciones tales como Revista de Economía Pública, Revista de Economía del Desarrollo y Revista de Economía y Estadística.

* Agradezco a Jonathan Heath por la invitación a escribir esta lectura y a participar en el Diplomado en Indicadores Macroeconómicos de Coyuntura en México en el Museo Interactivo de Economía. Gran parte del contenido de este texto apareció primero en mis columnas publicadas en el blog de México, ¿cómo vamos?, así que agradezco esas oportunidades de compartir mis análisis. También agradezco a José Pablo Hernández por su revisión y sus comentarios incisivos a este texto y a Gerardo Leyva por sus aclaraciones metodológicas. Las opiniones son del autor y no del Banco Interamericano de Desarrollo.

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LECTURA

Introducción

México es un país a la vanguardia en cuanto a estadísticas económicas y en el ámbito laboral no es la excepción. De las encuestas de hogares, se publica cada mes información detallada sobre el funcionamiento del mercado laboral y cada trimestre hay aún más información disponible, especialmente, si uno puede analizar los microdatos. Además, mensualmente se publica información detallada de los trabajadores asegurados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que permite un análisis mucho más nítido que simplemente reportar la cifra del empleo total. La única desventaja de contar con tanta información es que, si el analista no entiende lo que significa y lo que no significa cada indicador, es posible que llegue a conclusiones erróneas. El propósito de esta lectura es explicar el significado de los indicadores laborales más importantes de México para contribuir a promover el análisis del mercado laboral mexicano con base en la evidencia.

 

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1. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE): la fuente más importante de estadísticas laborales en México

El enfoque de esta lectura serán los indicadores laborales y no las fuentes de información con las cuales se calculan los indicadores, sin embargo, es necesario explicar brevemente cómo se conforma este recurso fundamental. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) es la principal fuente de información sobre el mercado laboral mexicano. Ofrece datos mensuales y trimestrales de la fuerza de trabajo, el empleo, el desempleo, el subempleo y la informalidad laboral y constituye el proyecto estadístico continuo más grande del país al proporcionar cifras nacionales y de cuatro tamaños de localidad de cada una de las 32 entidades federativas.1

Cada mes, personal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realiza entrevistas a informantes de los hogares seleccionados para recabar la información laboral y sociodemográfica de todos los integrantes del hogar. La información laboral solamente se recaba sobre los integrantes que tienen 15 años en adelante porque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley Federal del Trabajo prohíben el trabajo a menores de 15 años. Con frecuencia un miembro del hogar que conoce la información del resto de las personas contesta las preguntas por otros integrantes del hogar, es decir, la información referente a una persona puede venir de una entrevista hecha a otro miembro del hogar. En la página web del INEGI,2 se puede conseguir toda la información de la ENOE, incluyendo los microdatos (a nivel individual), los cuestionarios y una serie de indicadores calculados de manera mensual y trimestral.

Las entrevistas de la ENOE abarcan la situación de los miembros del hogar en la semana previa a la entrevista. La información mensual de la ENOE se refiere a la información recabada durante las entrevistas realizadas en el mes, así que las actividades laborales realizadas en la última semana de un mes se reportan en las cifras mensuales del mes siguiente. Es por esta razón que las cifras de marzo de 2020 no mostraron ningún efecto del cierre de las actividades económicas que empezaron en la última semana de ese mes.3

Hay tres factores que son importantes para una correcta interpretación de las cifras de la ENOE y, en realidad, de cualquier encuesta. Primero, se debe tomar en cuenta que los indicadores, en el mejor de los casos, no nos dicen “los hechos”, sino una estimación de los hechos con cierto margen de error. Especialmente se da en el caso de los indicadores mensuales, que se calculan con un tercio de las observaciones en comparación con los indicadores trimestrales. Así, un cambio de un indicador puede ser producto de ruido estadístico y no de un cambio real. Segundo, se debe recordar que ninguna encuesta es perfecta. Las personas pueden no entender una pregunta, contestar mal a propósito o simplemente cansarse de responder el cuestionario. Tercero, a veces existen factores estacionales, como cambios temporales por periodos vacacionales, que hacen que el valor de un periodo no sea comparable con el anterior. Por ejemplo, la tasa de participación laboral (el porcentaje de adultos que trabaja o busca trabajo) tiende a tener valores bajos en enero y valores altos en julio. Cuando sea posible, es recomendable utilizar los indicadores ajustados por estacionalidad que el mismo INEGI proporciona.4 En otras ocasiones, una comparación con el mismo periodo del año anterior puede ser útil para evitar comparar “peras con manzanas”.5

Por todo lo anterior, es recomendable no tener fe ciega en los indicadores. Desde luego nos proporcionan mucha información, pero también son sujetos a errores de medición. Si un indicador cambia bruscamente de un mes al siguiente, es recomendable esperar los resultados de los meses subsecuentes antes de llegar a conclusiones tajantes. Y cuando se encuentran resultados sorprendentes, además de cuestionar si nuestras impresiones sobre el mercado laboral deben revisarse, es recomendable considerar la posibilidad de un problema de medición. Es un error rechazar la información estadística porque no coincide con nuestras expectativas, pero también es un error pensar que las metodologías detrás de la construcción de los indicadores sean infalibles.

2. Indicadores laborales calculados con la ENOE

1 Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI] (2020a).

2 Enlace

3 INEGI (2020b).

4 Los indicadores ajustados por estacionalidad son útiles para realizar análisis económicos sin la influencia de efectos estacionales que tienden a ser regulares y, por lo mismo, pueden anticiparse y cancelarse en forma relativamente sencilla. Véase INEGI (2018).
5 Aun cuando se comparan los indicadores de un mes con el mismo mes del año anterior es posible que la comparación se contamine por factores estacionales. Por ejemplo, si la Semana Santa cae en marzo del año actual y cayó en abril del año anterior, una comparación de abril del año actual con abril del año anterior puede ser problemática.

2.1. La tasa de desempleo: el indicador más utilizado y a veces malinterpretado

La tasa de desocupación o la tasa de desempleo es el indicador laboral más reportado en el mundo. Este indicador tiene una definición clara y acordada a nivel internacional.6 El INEGI calcula este indicador en estricto apego a los estándares internacionales. Para decidir si es el mejor indicador en un contexto determinado tenemos que entender cómo se define el indicador con exactitud.

Para captar correctamente el significado de la tasa de desempleo es necesario entender los siguientes tres conceptos:

  1. Empleo: personas en la edad de trabajar (15 años o más en México) que en el periodo de referencia (la semana anterior a la entrevista) realizaban una actividad para producir bienes o proveer un servicio con el objetivo de recibir una remuneración o ganancia.
  2. Desempleo: personas en la edad de trabajar que no trabajaron durante el periodo de referencia, estaban disponibles para trabajar y llevaron a cabo actividades para encontrar un empleo.
  3. Población Económicamente Activa (PEA): la suma de las personas con empleo y en desempleo.

Con estas definiciones en mente, la tasa de desempleo se puede definir simplemente como:7

El numerador de la tasa de desempleo es el número de desempleados, es decir, las personas que no tienen empleo, están disponibles para trabajar y buscan un empleo activamente. El denominador es la PEA, que es la suma de las personas ocupadas (con un empleo) y las personas desempleadas.

La gráfica 1 muestra la evolución de la tasa de desempleo durante el periodo 2005-2020 con cifras desestacionalizadas.

6 ILO (1982).

7 ILO (2019).

Gráfica 1
Tasa de desempleo en México (2005 a 2020)1/
Porcentaje

1/ Cifras desestacionalizadas.

Fuente:
Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

El periodo 2005-2020 abarca dos crisis económicas. En 2008 y 2009, México sufrió las consecuencias económicas de la Gran Recesión en Estados Unidos y Europa y esa crisis económica se vio reflejada en la tasa de desempleo que alcanzó su cifra récord de 6.0% en septiembre de 2009. En 2020, México sufrió las consecuencias de la pandemia causada por el COVID-19, lo que se vio reflejado en un aumento sustancial de la tasa de desempleo, alcanzando una cifra de 5.3% en junio de 2020. Evidentemente la tasa de desempleo refleja algo importante sobre el mercado laboral.8

No obstante, algunos de los resultados de la gráfica 1 podrían ser sorprendentes. ¿No fue la crisis de COVID-19 en 2020 el peor choque para el mercado laboral desde la Gran Depresión de 1929 a 1933? ¿Por qué la tasa de desempleo durante la crisis de COVID-19 no subió tanto como en 2009? Para contestar estas preguntas, es importante enfatizar lo que la tasa de desempleo no nos indica.

  1. La tasa de desempleo no es una medida exhaustiva de la subutilización de la fuerza de trabajo. En particular, la tasa de desempleo excluye al menos dos grupos que, además del concepto tradicional de desempleo, reflejan en gran medida la subutilización de la fuerza de trabajo. El primero de estos grupos está compuesto por las personas subocupadas o subempleadas, es decir, personas empleadas que quisieran trabajar más horas, pero no pueden. El segundo de estos grupos está compuesto por las personas que no forman parte de la PEA porque, a pesar de no tener un empleo y estar disponibles para trabajar, no están buscando empleo activamente. Se le puede denominar a este grupo como el “desempleo disfrazado” porque tiene características similares, o posiblemente peores, que las de los desempleados. Muchas de estas personas no buscan empleo porque piensan que es poco probable que encuentren algo que satisfaga sus necesidades. A veces se les llama “trabajadores desalentados” (o discouraged workers). Más adelante, se describirá un indicador más exhaustivo de la subutilización de la fuerza de trabajo que incluye a estos dos grupos excluidos del cálculo tradicional del desempleo.
  2. La tasa de desempleo no proporciona información sobre las razones del desempleo. Hay diferentes razones por las cuales una persona entra al desempleo y no todas son malas. Una persona puede estar iniciando su vida laboral después de concluir sus estudios. Otra puede renunciar al buen trabajo que tiene porque piensa que existen oportunidades aún mejores que quiere encontrar. Si el desempleo se caracteriza principalmente por estas razones, un aumento en la tasa de desempleo no tendría que interpretarse como malo. En cambio, si la razón principal del desempleo es que las personas pierden o terminan involuntariamente sus empleos, un aumento en la tasa de desempleo es más preocupante. También sería preocupante si muchas personas se quedaran desempleadas por mucho tiempo. Al respecto, las gráficas 2A y 2B muestran que, tanto en la crisis económica de 2008-2009 como en la crisis de COVID-19 en 2020, el desempleo de largo plazo y el desempleo por razones involuntarias como porcentaje de la PEA subieron sustancialmente. Ambos indicadores llegaron a sus peores niveles durante la crisis de 2020.
  3. La tasa de desempleo no proporciona información sobre la calidad del empleo. Imaginemos un escenario en que las remuneraciones de cada mexicano se redujeran en 50% y que cada trabajador perdiera su afiliación a la seguridad social (sin perder su empleo). Indudablemente sería un desastre para la economía y para la protección social, y las cifras de pobreza se dispararían. Pero si cada persona empleada mantuviera su empleo y cada persona desempleada siguiera buscando un empleo, la tasa de desempleo no cambiaría. Por esta razón, es un claro error concluir que un mercado laboral funciona bien solamente porque la tasa de desempleo es baja.

8 A partir de abril de 2020, las encuestas se llevaron a cabo telefónicamente (abril, mayo y junio) y parcialmente telefónicamente (julio a diciembre), lo que podría ocasionar un problema de falta de comparabilidad con las encuestas realizadas presencialmente de 2005 a marzo de 2020.

Gráfica 2
Personas desocupadas como porcentaje de la PEA
Porcentaje

A. Personas desocupadas por más de seis meses como porcentaje de la PEA
Porcentaje

B. Personas desocupadas porque perdieron o terminaron su empleo anterior como porcentaje de la PEA
Porcentaje

Estas reflexiones sobre la tasa de desempleo no son críticas al indicador. El propósito de hacerlas es enfatizar que la tasa de desempleo no describe las condiciones del mercado laboral de manera exhaustiva, así que es recomendable incluir indicadores adicionales sobre las condiciones laborales para tener una visión más completa.

Fuente:
Elaboración propia con datos de la ENOE.

2.2. La tasa de participación laboral

Una de las reflexiones de la sección anterior fue que algunas personas que quieren trabajar, en vez de ser clasificadas como desempleadas, podrían ser clasificadas como personas inactivas (fuera de la PEA) porque no están buscando empleo activamente. Por esta razón, además de analizar la tasa de desempleo, es recomendable también analizar la evolución de la tasa de participación laboral, que es básicamente el número de personas activas en el mercado laboral como porcentaje del número de personas en la edad de trabajar. En concreto, la tasa se calcula de la siguiente manera:9

Una disminución de la tasa de participación laboral, especialmente durante periodos en los cuales se esperaba un aumento en el desempleo que no se materializó, podría ser evidencia de que las personas que quieren trabajar ni siquiera buscan empleo porque piensan que no hay oportunidades. Durante el 2020, otra posibilidad es que muchas personas no buscaron empleo porque tenían miedo a contagiarse de COVID-19. La gráfica 3 muestra la evolución de la tasa de participación con cifras desestacionalizadas.

La gráfica 3 muestra que la tasa de participación laboral llegó a niveles históricamente bajos durante la crisis sanitaria en 2020, particularmente durante los meses de abril y mayo cuando las medidas de confinamiento fueron más estrictas. Los nueve menores niveles de la tasa de participación laboral en el periodo 2005-2020 ocurrieron en los nueve meses de abril a diciembre de 2020.

9 ILO (2019).

Gráfica 3
Tasa de participación en México (2005 a 2020)1/
Porcentaje

Es claro que algo ocurrió en el año 2020 que se vio reflejado solo parcialmente en la tasa de desempleo. Muchas personas salieron de la PEA. En la siguiente sección, se profundizará sobre los problemas del mercado laboral más allá del desempleo tradicional, incluyendo a las personas fuera de la PEA, pero disponibles para trabajar.

1/ Cifras desestacionalizadas.

Fuente:
Elaboración propia con datos de la ENOE.

2.3. La brecha laboral: una medida más exhaustiva de la subutilización de la fuerza de trabajo

Como se mencionó en la sección 2.1., el desempleo no es una medida exhaustiva de la subutilización de la fuerza de trabajo. Además del desempleo (personas que no trabajan y buscan un empleo activamente), hay al menos dos grupos adicionales que se podrían incorporar a una medida más exhaustiva de la subutilización de la fuerza de trabajo. Estos dos grupos son:

  1. Subempleo: personas en la edad de trabajar (15 años o más en México) que en el periodo de referencia (la semana anterior a la entrevista) trabajaron al menos una hora, pero querían trabajar más horas y no pudieron.
  2. Desempleo disfrazado: personas en la edad de trabajar que no trabajaron durante el periodo de referencia y estaban disponibles para trabajar, pero no llevaron a cabo actividades para encontrar un empleo.

En el artículo de Blanchflower y Levin,10 se construye un indicador más exhaustivo de la subutilización de la fuerza de trabajo con base en estos conceptos, además del desempleo tradicional. Se define el concepto de la Población Económicamente Activa Potencial (PEA potencial), como la PEA más el desempleo disfrazado. La idea básica es que las personas que forman parte del desempleo disfrazado serían activas en el mercado laboral -trabajando o buscando empleo- si existieran mejores oportunidades laborales. El indicador mide el número de personas en la situación de desempleo, subempleo, o desempleo disfrazado como porcentaje de la PEA potencial. En particular, definen su indicador llamado brecha laboral de la siguiente manera:

Los autores encuentran que su indicador refleja mejor las condiciones generales del mercado laboral estadounidense a través del ciclo económico. En el caso mexicano, los resultados durante la crisis de COVID-19 son un ejemplo perfecto del valor del indicador. La gráfica 4 muestra la evolución de la brecha laboral en el periodo 2005-2020.

10 Blanchflower & Levin (2015).

Gráfica 4
Brecha laboral en México (2005 a 2020)
Porcentaje

Igual que en el caso de la tasa de desempleo, este indicador más exhaustivo de la subutilización de la fuerza de trabajo mostró un aumento importante en 2009, alcanzando un valor de 26.4% en mayo de 2009. Pero, a diferencia de los resultados utilizando la tasa de desempleo, la brecha laboral muestra una crisis en el mercado laboral en 2020 de una magnitud jamás observada antes. El valor se disparó de 20.0% en marzo de 2020 a 50.6% en abril de 2020 y 52.9% en mayo de 2020. En cada mes del periodo de abril de 2020 a diciembre de 2020, la brecha laboral fue mayor que en todos los meses de enero de 2005 a marzo de 2020.

¿Por qué la brecha laboral alcanzó cifras récord de abril a diciembre de 2020? Las cifras del desempleo como porcentaje de la PEA potencial fueron relativamente altas, pero no históricamente altas. En cambio, los nueve valores más altos de todo el periodo 2005-2020 para el subempleo como porcentaje de la PEA potencial y para el desempleo disfrazado como porcentaje de la PEA potencial ocurrieron en los meses de abril a diciembre de 2020. En estas dos dimensiones de la subutilización de la fuerza laboral, los resultados de la crisis de COVID-19 en 2020 fueron sin precedentes.

El uso de la brecha laboral puede ayudarnos a entender otros fenómenos sorprendentes. Por ejemplo, es común notar que las personas con menores niveles educativos tienen menores tasas de desempleo en México. Sin embargo, al incorporar los conceptos de subempleo y desempleo disfrazado al concepto de la subutilización de la fuerza de trabajo, un análisis de la brecha laboral por nivel educativo cambia sustancialmente las conclusiones, como se muestra en la gráfica 5.

La gráfica 5 muestra que, como porcentaje de la PEA potencial, el desempleo es un fenómeno que se presenta mayormente en las personas con mayores niveles educativos. No obstante, los otros componentes de la brecha laboral muestran mejor la realidad del mercado laboral para personas con menores niveles educativos. El componente correspondiente al subempleo tiende a ser mayor para las personas con menores niveles educativos y el componente correspondiente al desempleo disfrazado (las personas disponibles para trabajar pero que no buscan) es mucho mayor para personas con menores niveles educativos. Tan es así que, a pesar de que el desempleo es un fenómeno frecuente en los mayores niveles educativos en México, la brecha laboral es claramente menor para personas con mayores niveles educativos.

Fuente:
Elaboración propia con datos de la ENOE.

Gráfica 5
Brecha laboral en México por componente y nivel educativo1/
Porcentaje

I Desempleo I Subempleo I Desempleo disfrazado

1/ Cifras del cuarto trimestre
de 2020.

Fuente:
Elaboración propia con datos de la ENOE.

En resumen, el desempleo no es el único fenómeno preocupante en el mercado laboral, así que la tasa de desempleo no debe ser el único indicador que se utiliza en el análisis. Además de seguir la evolución de la tasa de participación laboral, es importante distinguir entre personas que son inactivas porque prefieren no trabajar y personas inactivas porque piensan que es inútil siquiera intentar buscar un empleo. También es importante distinguir entre personas satisfechas con el tiempo que trabajan y personas con la necesidad de trabajar más horas.

Si muchas personas no están desempleadas porque, a pesar de querer conseguir un empleo, piensan que no hay oportunidades, el analista debe notar el fenómeno. Y si muchas personas trabajan pocas horas por muy poco dinero para no morir de hambre mientras están buscando empleos estables y mejor remunerados, el analista también debe notar este fenómeno. Por estas razones, la brecha laboral debe ser un indicador estándar en los análisis del mercado laboral.

2.4. La tasa de informalidad laboral: otro indicador importante y frecuentemente malinterpretado

Cada vez que el INEGI reporta los resultados de la ENOE, tanto los mensuales como los trimestrales, uno de los indicadores que recibe más atención es la tasa de informalidad laboral. A veces esta tasa se interpreta como el porcentaje de trabajadores que paga impuestos, el porcentaje de trabajadores con seguridad social o el porcentaje de trabajadores al que se le respetan sus derechos laborales. Todas estas interpretaciones tienen algo de validez, pero ninguna es completamente correcta.

El INEGI no creó su propia definición de la tasa de informalidad laboral. El INEGI simplemente toma una definición acordada a nivel internacional11 y presenta los resultados para el mercado laboral mexicano. Es responsabilidad del analista entender y reportar correctamente el significado de este indicador. Todos los detalles del cálculo de la tasa de informalidad para el caso mexicano se pueden consultar en el documento metodológico del INEGI,12 pero en esta sección se resumirán los elementos más importantes.

Dado que la definición de la informalidad laboral depende del tipo de trabajador es importante primero entender las diferencias entre las siguientes tres categorías:

  1. Trabajador subordinado y remunerado: es quien recibe instrucciones de un jefe o supervisor, que también recibe un pago por sus servicios.
  2. Trabajador subordinado no remunerado: es quien recibe instrucciones de un jefe o supervisor, que no recibe un pago por sus servicios, sino es un aprendiz13 o trabajador familiar.
  3. Trabajador independiente: es quien dirige sus actividades en la prestación de servicios, de manera que no tiene un jefe o superior a quien rendirle cuentas de su desempeño o de los resultados obtenidos.

En el caso de un trabajador subordinado y remunerado, la definición de informalidad es fácil de describir. Si el trabajador reporta tener acceso a atención médica, por parte del trabajo, es un trabajador formal. Esta definición es esencialmente equivalente a decir que el trabajador tiene seguridad social a través del empleo. De lo contrario, es un trabajador informal. Para entender correctamente las implicaciones de esta definición, es útil considerar el caso de una persona que cobra por honorarios o que emite facturas por actividad empresarial, a pesar de recibir instrucciones de un jefe o supervisor. Esta persona seguramente paga el impuesto sobre la renta correspondiente a su ingreso laboral y, posiblemente, el impuesto al valor agregado también. Sin embargo, dado que la gran mayoría de estas personas no tiene seguridad social, el trabajador debería clasificarse como un trabajador informal, a pesar de pagar impuestos.

En el caso de un trabajador subordinado no remunerado, la definición de informalidad es aún más fácil. Todos los trabajadores de este colectivo son informales. Aun en los muy pocos casos en que el trabajador subordinado no remunerado reporta tener seguridad social a través del empleo, se clasifica como informal.

En el caso de un trabajador independiente, la definición de informalidad es más compleja, pero en términos generales se puede decir que un trabajador independiente se clasifica como trabajador formal si su negocio es formal sin importar si el trabajador independiente cuenta con seguridad social para sí mismo. De hecho, la gran mayoría de trabajadores independientes formales no cuenta con seguridad social.

Fuera del sector agropecuario, la formalidad del negocio implica llevar registros contables para fines de pago o declaración de impuestos. Para trabajadores del sector agropecuario, se clasifican a todos los trabajadores por cuenta propia (trabajadores independientes sin empleados) como informales, bajo el supuesto de que se trata de agricultura de subsistencia en la mayoría de los casos. Todos los empleadores (trabajadores independientes con empleados a su servicio) del sector agropecuario se clasifican como formales, sin importar si el negocio mantiene registros contables para fines de pago de impuestos.

La gráfica 6 representa un intento de clarificar la relación entre la formalidad o informalidad del trabajador y su acceso a la seguridad social. Son cifras del cuarto trimestre de 2020. La gráfica también nos ayuda a entender cuáles son las modalidades de trabajo más comunes en México.

11 ILO (2013).

12 INEGI (2014).

13 Un aprendiz se clasifica como una persona empleada. Si el aprendiz es remunerado, como sería el caso del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, debería ser clasificado como trabajador subordinado y remunerado en la ENOE a pesar de que estas personas no entran en las cifras de puestos de trabajo del IMSS.

Gráfica 6
Distribución del empleo según el tipo de trabajador, formalidad vs. informalidad y acceso a la seguridad social (México)1/
Porcentaje

1/ Cifras al cuarto trimestre
de 2020.

Fuente:
Elaboración propia con datos de la ENOE.

En el cuarto trimestre de 2020, 55.6% de los trabajadores fue clasificado como informal y 44.4% como formal. El 4.1% de trabajadores fueron trabajadores subordinados no remunerados, que son informales por definición. El 0.3% de este colectivo reportó tener seguridad social a través del empleo, pero aun así estos trabajadores se clasifican como informales. El 21.5% de trabajadores fueron independientes informales (con negocios informales). De este grupo, el 0.2% reportó tener seguridad social a través del empleo, pero aun así estos trabajadores se clasifican como informales. El 30.0% de trabajadores fueron trabajadores subordinados y remunerados informales. Por la definición de informalidad para este grupo, ningún trabajador subordinado y remunerado informal reportó tener seguridad social a través del empleo.

El 44.4% de trabajadores formales se compone de la siguiente manera: 5.8% de todos los trabajadores fueron trabajadores independientes formales. Sobre este grupo, es importante enfatizar que, a pesar de que sus negocios son formales, solo 0.4% reportó tener seguridad social a través del empleo. Este es el ejemplo más claro de que el empleo formal no es equivalente a contar con seguridad social. El 38.6% de los trabajadores son trabajadores subordinados y remunerados formales, todos con seguridad social porque es precisamente la seguridad social la que determina la formalidad de este grupo.

De esta gráfica, el único grupo que tiene un acceso importante a la seguridad social son los trabajadores subordinados y remunerados formales, que fue el 38.6% de las personas ocupadas en el cuarto trimestre de 2020. El total de trabajadores con seguridad social, además de los trabajadores subordinados y remunerados formales, solo llega a 0.1% de la población ocupada, así que el porcentaje de trabajadores totales con seguridad social fue de 38.7%, a pesar de que 44.4% de los trabajadores se clasificó como formal.

Por todo lo anterior, a veces es recomendable citar otros indicadores en lugar de la tasa de informalidad. Por ejemplo, si el analista quiere enfatizar que la mayoría de los trabajadores mexicanos no contribuye a una pensión, la cifra más pertinente es que 61.3% de los trabajadores no tiene seguridad social. Citar la tasa de informalidad de 55.6% subestima la magnitud del problema porque incluye como formales a personas sin seguridad social para sí mismas, pero con negocios formales. El analista que quiere investigar el cumplimiento de las obligaciones patronales podría mencionar que, como porcentaje de los trabajadores subordinados y remunerados en el cuarto trimestre de 2020, 56.2% tenía seguridad social; 65.0% tenía otras prestaciones y 56.0% tenía un contrato escrito. Si el objetivo es investigar el cumplimiento de las obligaciones patronales no tiene sentido incluir a los trabajadores independientes en el análisis.

En resumen, existen en el mundo ideas distintas sobre el significado de la formalidad e informalidad laboral. Es responsabilidad del analista decidir si la definición que utiliza el INEGI con base en estándares internacionales es la indicada para el contexto de su investigación. Sobre todo, es importante evitar errores de interpretación que provienen de una falta de entendimiento sobre la definición del indicador oficial de informalidad en México.

2.5. Indicadores salariales provenientes de la ENOE

Además de los indicadores del empleo, la ENOE es la fuente más importante de indicadores salariales en México. No obstante, es pertinente mencionar algunos de los problemas técnicos asociados a dichos indicadores.

Muchas personas son renuentes a contestar preguntas sobre sus ingresos. En el cuarto trimestre de 2020, 28% de los trabajadores con ingresos laborales no reportó su ingreso exacto. Cuando es imposible conseguir el dato exacto del salario, el entrevistador del INEGI pide que se reporte el salario en unos rangos definidos por múltiplos del salario mínimo, por ejemplo, la persona puede reportar que su salario fue mayor de tres veces el salario mínimo y no más de cinco veces el salario mínimo. Esta técnica permite que el INEGI recupere parte de la información salarial, pero aun así 13% de los trabajadores remunerados no reportó ningún dato salarial. Muchas personas simplemente no quieren revelar este tipo de información.

Por estas razones, es recomendable utilizar indicadores salariales calculados por expertos. En particular, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) calcula varios indicadores salariales de mucha utilidad. Una ventaja de la metodología del Coneval es que toma en cuenta los salarios de las personas para las cuales no existe un dato exacto sobre el salario, pero sí se sabe el intervalo en que se encuentra. Los datos salariales que reporta el INEGI, por ejemplo, el salario por hora, excluyen a este grupo importante para el análisis. Para más información sobre la metodología del Coneval se pueden consultar sus notas técnicas.14

Tal vez el indicador salarial más importante que reporta el Coneval es la pobreza laboral, es decir, el porcentaje de personas que vive en hogares con ingresos laborales insuficientes para adquirir la canasta alimentaria. En términos intuitivos, el indicador reporta el porcentaje de personas que vive en hogares con ingresos laborales insuficientes para cubrir las necesidades más básicas de los miembros del hogar. Es importante enfatizar que el indicador solo toma en cuenta los ingresos laborales. Por lo tanto, un hogar con bajos ingresos laborales, pero con altos ingresos de otras fuentes (remesas o transferencias gubernamentales, por ejemplo) será considerado en la situación de pobreza laboral.

El indicador se calcula a nivel de cada hogar. Si los ingresos laborales totales del hogar son suficientes para que cada uno de los miembros del hogar pueda adquirir la canasta alimentaria, todos los miembros del hogar son clasificados como fuera de la pobreza laboral. Si los ingresos laborales totales del hogar no son suficientes para que todos los miembros del hogar puedan adquirir la canasta alimentaria, todos los miembros del hogar son considerados en situación de pobreza laboral. La gráfica 7 presenta la evolución de este indicador durante el periodo 2005-2020.

Gráfica 7
Población en pobreza laboral en México (2005 a 2020)
Porcentaje

14 Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social [Coneval] (2017a, 2017b y 2021).

Fuente:
Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza que recupera los ingresos por intervalos de salario del Coneval. La cifra del segundo trimestre de 2020 es el promedio de las tres cifras mensuales reportadas por el Coneval.

De esta gráfica, se nota que la pobreza laboral aumentó mucho con la crisis de 2008-2009, y continuó subiendo hasta llegar a 42.9% en el cuarto trimestre de 2014. A partir de esa fecha, empezó a mostrar una tendencia a la baja, hasta llegar a 35.7% en el primer trimestre de 2020. La crisis de COVID-19 provocó un aumento sin precedentes en el segundo trimestre de 2020, pero hubo mejoras en el tercer y cuarto trimestre. De hecho, se debería resaltar que la pobreza laboral de 40.7% en el cuarto trimestre de 2020, si bien representa un aumento respecto a la cifra de 37.3% del cuarto trimestre de 2019, es menor que en los años 2013 (41.1%), 2014 (42.9%), 2015 (42.0%), y 2017 (41.0%), que no fueron años de crisis como el año 2020.

El Coneval publica otros indicadores salariales de mucha utilidad. Por ejemplo, el ingreso laboral promedio de la población ocupada mide el ingreso laboral promedio de los trabajadores. En cambio, el ingreso laboral per cápita divide el ingreso laboral total entre la población total (trabajadores y no trabajadores). El Coneval también publica su estimación de la masa salarial, que es el ingreso laboral total del país. Todos estos cálculos utilizan la metodología que toma en cuenta los salarios de las personas para las cuales no existe un dato exacto sobre el salario, pero se sabe el intervalo en que se encuentra. Esta metodología mitiga, pero no elimina, los problemas de medición del salario.

3. Indicadores laborales calculados con los registros administrativos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)

3.1. Características generales de los indicadores laborales del IMSS

Cada mes, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) publica mucha información sobre el mercado laboral con base en sus propios registros administrativos. Antes de entrar en los detalles sobre los indicadores más importantes hay que aclarar los siguientes puntos metodológicos.

Las estadísticas laborales del IMSS son confiables. Debido a que la información estadística de los puestos de trabajo registrados en el IMSS se considera de interés nacional, los indicadores cuentan con metodologías claras y avaladas por la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica. No hay ninguna razón para sospechar que estas estadísticas estén sujetas a manipulaciones con fines políticos.15 Esto no quiere decir que las estadísticas sean perfectas, por ejemplo, es posible que los empleadores declaren salarios inferiores a los que los trabajadores realmente perciben para reducir el pago de cuotas obrero-patronales. Pero se debe tener confianza de que los indicadores reportados por el IMSS reflejan correctamente la información administrativa proveniente de los reportes de los empleadores.

La información de cada mes se refiere a la situación del último día del mes. También es pertinente mencionar que la información se refiere a los puestos de trabajo en lugar de las personas. Si una persona tiene dos o más empleos registrados ante el IMSS, cada uno de los puestos entra en los cálculos de empleo del IMSS por separado. Por ejemplo, la cifra del empleo registrado ante el IMSS fue de 19 773 732 en diciembre de 2020. El número de personas con empleos registrados ante el IMSS en esa fecha tiene que ser ligeramente menor porque algunas personas tenían más de un empleo registrado ante el IMSS. El IMSS solo reporta el número de puestos de trabajo; no reporta el número de personas con puestos de trabajo. El glosario de términos y otros detalles técnicos de los cálculos son de acceso público.16

Los datos detallados sobre empleo y salarios registrados ante el IMSS se puede conseguir del Cubo de Información del IMSS, que cuenta con información disponible a partir de julio de 1997. Para el analista dispuesto a procesar bases de datos con muchas observaciones, el IMSS publica cada mes una base de datos extremadamente detallada en la sección Datos abiertos de su sitio web. La base de datos de diciembre de 2020 tiene 4 520 025 observaciones y se presta para hacer análisis muy nítidos. Si el analista quiere investigar la evolución del empleo eventual registrado ante el IMSS de mujeres jóvenes de bajos salarios en un municipio específico y en un sector económico específico, esta base de datos puede proporcionar la información necesaria.

15 Diario Oficial de la Federación [DOF] (2020).

16 Instituto Mexicano del Seguro Social [IMSS] (2020).

3.2. Estadísticas sobre el empleo y los salarios registrados ante el IMSS

Sin duda, el dato que recibe más atención del IMSS es la cifra del empleo total, es decir, el número de puestos de trabajo registrados ante el IMSS en el último día del mes de referencia. Sin embargo, para un análisis más nítido, es posible conseguir las cifras de empleo con las siguientes desagregaciones:

  1. Nivel salarial expresado como múltiplos del salario mínimo o como múltiplos de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
  1. Dado que la UMA se actualiza cada año para mantener el mismo valor real (ajustado por inflación) es preferible utilizar la UMA para comparaciones entre años cuando el valor real del salario mínimo haya cambiado sustancialmente.
  1. Tipo de empleo (eventual o permanente).
  2. Edad y género del trabajador.
  3. Sector económico de la empresa.
  4. Tamaño de la empresa definido por el número de puestos de trabajo.
  5. Área geográfica.

La gráfica 8 muestra el cambio porcentual del empleo registrado ante el IMSS (cambios de diciembre del año anterior a diciembre del año de referencia) en el periodo 1998-2020. Se ve claramente el efecto del ciclo macroeconómico en la gráfica. Las reducciones importantes del empleo registrado ante el IMSS ocurrieron en la recesión de 2001, en la crisis de 2008-2009 y en la del año 2020.

Gráfica 8
Cambio neto porcentual del empleo registrado con IMSS en México (1998 a 2020)
Porcentaje

Fuente:
Elaboración propia con información del Cubo de Información del IMSS.

El IMSS también reporta el promedio del salario (diario) base de cotización. Este salario es el mismo que se utiliza para calcular las cuotas obrero-patronales del IMSS, las contribuciones al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y las contribuciones al Sistema de Ahorro para el Retiro. El valor mínimo es el salario mínimo de la región donde trabajan. El tope del salario empezó en 15 veces el salario mínimo de la Ciudad de México en 1997 y se elevó, gradualmente, a 25 veces el salario mínimo de la Ciudad de México en 2007. Las comparaciones del salario promedio en este periodo deberían hacerse con cautela debido a estos cambios. A partir del año 2017, el tope se convirtió en 25 veces la UMA, lo que no debería ocasionar un problema de comparabilidad con años anteriores dado que la UMA mantiene el mismo valor real en el tiempo.

A pesar de los retos planteados, el dato del salario promedio declarado ante el IMSS es un indicador útil, particularmente por la rapidez con que se publica. A menudo, la primera señal de un cambio de tendencia de los salarios viene de los datos del IMSS. Por dar un ejemplo, el salario mínimo se duplicó en términos nominales en enero de 2019 en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN). Apenas en febrero de 2019, cuando se publicaron los datos salariales de enero, fue evidente que el salario promedio declarado al IMSS en la ZLFN había aumentado sustancialmente.

3.3. Estadísticas sobre la rotación laboral

El IMSS es un verdadero pionero en un aspecto de los indicadores laborales. Cada mes publica información sobre la rotación laboral y, en particular, publica la información sobre los siguientes dos conceptos:

  1. Contrataciones: una contratación se refiere a que, en una empresa, hay una persona trabajando en el mes actual que no estaba trabajando en la misma empresa en el mes anterior.
  2. Separaciones: una separación se refiere a que, en una empresa, una persona que estaba trabajando en el mes anterior ya no está trabajando en la misma empresa en el mes actual.

La diferencia entre el número de contrataciones y el número de separaciones es el cambio de empleo registrado ante el IMSS. Por dar un ejemplo, en diciembre de 2020 hubo 985 659 contrataciones y 1 263 479 separaciones de puestos de trabajo registrados ante el IMSS. La diferencia entre estas dos cifras fue de -277 820, que fue el cambio neto del empleo. Aun en meses cuando el empleo total se reduce, muchas personas consiguen nuevos empleos. Y aun en meses cuando el empleo total aumenta, muchas personas pierden sus empleos.

Una razón para hacer seguimiento de esta rotación laboral es que la rotación tiende a ser alta (muchas contrataciones y separaciones) cuando el mercado laboral está generando buenas oportunidades para sus trabajadores. La gráfica 9 muestra la evolución de la rotación laboral de 1998 a 2020.

Gráfica 9
Contrataciones y separaciones mensuales como porcentaje del empleo registrado con
IMSS en México (1998 a 2020)
Promedios anuales de cifras mensuales

I Contrataciones mensuales como porcentaje del empleo registrado con IMSS
I Separaciones mensuales como porcentaje del empleo registrado con IMSS

Fuente:
Elaboración propia con información del Cubo de Información del IMSS. El
denominador para estos cálculos es el promedio del empleo del mes actual y del empleo del mes anterior.

En la gráfica se observan tres momentos de reducciones pronunciadas de la rotación laboral correspondientes a las recesiones o crisis económicas del periodo. En 2009, tanto la tasa de contrataciones como la tasa de separaciones se redujeron dramáticamente y tardaron hasta 2017 para recuperarse. De manera similar, se observa otra reducción pronunciada de la rotación laboral en 2020 con la crisis de COVID-19. Algo similar, aunque de manera más gradual, ocurrió durante la recesión de 2001.

Cuando hay buenas oportunidades laborales más personas están dispuestas a renunciar a sus empleos. Las personas que renuncian a sus empleos consiguen otros y, además, son reemplazadas en sus empleos anteriores. Los mercados laborales se caracterizan por este dinamismo en buenos tiempos con muchas contrataciones y separaciones de puestos de trabajo.17 En cambio, en tiempos difíciles, las empresas no están contratando. Los trabajadores que aún tienen sus empleos se aferran a ellos. Estos tiempos se caracterizan por tener muy poca rotación laboral. En este sentido, una señal temprana de problemas en el mercado laboral es que la rotación laboral disminuya. De igual forma, una señal de una recuperación plena del mercado laboral es cuando la rotación laboral vuelva al nivel que tenía antes de que empezaran los problemas económicos.

17 Lazear & Spletzer (2012).

Conclusiones

Sin duda, un analista del mercado laboral mexicano tiene la ventaja de contar con una cantidad enorme de información estadística. Hubiera sido posible, sin problema alguno, escribir un texto tres veces más largo con otros indicadores laborales que me han servido para entender e interpretar la evolución del mercado laboral mexicano. Y año con año sigo encontrando nuevos indicadores. Para hallar más información sobre varios indicadores que no se pudieron incluir en este texto, el capítulo laboral de Heath18 sigue siendo lectura obligada para los analistas del mercado laboral mexicano.

Esta riqueza de información sobre el mercado laboral no solo es un lujo, sino es absolutamente necesaria. Por más que uno piense comprender las condiciones actuales de los trabajadores, siempre encontrará un nuevo grupo que enfrenta una situación radicalmente diferente. Además, la crisis de la pandemia nos enseñó que las condiciones pueden cambiar literalmente de un día para otro. Con tanta información disponible, los analistas debemos estar continuamente revisando nuevos indicadores, o haciendo nuevos cruces con los mismos indicadores, para estar cuestionando constantemente lo que pensamos sobre el mercado laboral. Una mejor comprensión del mercado laboral nos conducirá a mejores políticas públicas.

7

18 Heath (2012).

Bibliografía

Blanchflower, David & Levin, Andrew (2015), Labor Slack and Monetary Policy, NBER Working Paper, n° 21094, National Bureau of Economic Research, Cambridge.

Coneval (2017a), Análisis de la evolución de la información de los ingresos laborales en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, México.

Coneval (2017b), Cálculo de los indicadores complementarios al ITLP, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo  Social, México.

Coneval (2021), Nota técnica de las estimaciones de la pobreza laboral en términos absolutos, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, México.

DOF (2020), Acuerdo por el que se determina Información de Interés Nacional la Información Estadística de los Puestos de trabajo registrados por los patrones en el Instituto Mexicano del Seguro Social, Diario Oficial de la Federación, México.

Heath, Jonathan (2012), Lo que indican los indicadores: cómo utilizar la información estadística para entender la realidad económica de México, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México.

ILO (1982), Resolution concerning statistics of the economically active population, employment, unemployment and underemployment, adopted by the Thirteenth International Conference of Labour Statisticians, International Labour Organization, Ginebra.

ILO (2013), Measuring informality: A statistical manual on the informal sector and informal employment, International Labour Organization, Ginebra.

ILO (2019), Quick Guide on Interpreting the Unemployment Rate, International Labour Organization, Ginebra.

IMSS (2020), Glosario de términos de consulta dinámica, Instituto Mexicano del Seguro Social, México.

INEGI (2014), La informalidad laboral: Marco conceptual y metodológico, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México.

INEGI (2018), Metodología del ajuste estacional 2017, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México.

INEGI (2020a), Cómo se hace la ENOE: Métodos y Procedimientos, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México.

INEGI (2020b), Indicadores de Ocupación y Empleo: Cifras
Oportunas durante Marzo de 2020
, Instituto Nacional de
Estadística y Geografía, México.

Lazear, Edward & Spletzer, James (2012), “Hiring, Churn, and the Business Cycle”, The American Economic Review, 102(3): pp. 575–579.

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